La Diabetes es una enfermedad crónica del metabolismo en la que existe una falta absoluta de secreción de insulina -Diabetes tipo 1-, o un déficit en la producción insulina -Diabetes tipo 2-. En ambos casos el resultado es la hiperglucemia (un aumento de la glucosa en sangre).
Cuando un organismo esta sano, al comer extrae de los alimentos varias sustancias, una de ellas son los “azúcares” o hidratos de carbono, que son los encargados de proporcionar energía a nuestro organismo.
Al mismo tiempo y de forma proporcional a la cantidad de azúcar ingerido, una glándula de nuestro cuerpo, el páncreas, segrega una hormona, la insulina, que nos permite utilizar la energía de los azúcares de la dieta y controla el nivel que estos alcanzan en nuestra sangre de manera que no permite ni grandes subidas ni bajadas importantes.
Si existe una cantidad de azúcar superior a lo deseable (+126 mg/ dl) de forma continua podemos decir que existe una Diabetes.
Una vez echo el diagnóstico, siempre por un profesional, es fundamental saber que y cuanto comemos. Si bien es cierto que las personas con Diabetes deben comer igual que el resto de la población, es decir, una alimentación equilibrada y mediterránea, si hay una serie de medidas que deben adoptar.
La diabetes no debe ser una enfermedad deprimente, pues aunque es restrictiva, con el control adecuado y supervisión médica se puede tener una gran calidad de vida.
La insulina es una hormona que ayuda al cuerpo a utilizar la glucosa. Al no producir esta hormona, tendrás niveles extremadamente altos de glucosa en tu corriente sanguínea; esta condición se conoce como híper-glucemia.
Una diabetes que no se controla por largos períodos de tiempo puede resultar en daños o fallas en ciertos órganos del cuerpo.
Una persona que tiene alta el azúcar en sangre seguramente se sienta cansada y con un ritmo cardíaco acelerado, muy sedienta con más frecuencia, y con la necesidad de orinar más a menudo.
Una de las peores consecuencias de la híper-glucemia es el estado de coma.
La diabetes es una enfermedad que involucra el metabolismo, por lo tanto seguir un plan de alimentación adecuado es clave para sobrellevarla.
Lejos de ser una dieta estricta, la alimentación de los diabéticos es un plan muy saludable que todas las personas podríamos seguir, puesto que prevalecen los alimentos nutritivos -las verduras, las frutas y los granos enteros- y prohíbe los alimentos menos sanos, que son los ricos en azúcares, grasas, colesterol y sodio.
Los alimentos prohibidos para diabéticos son aquellos que elevan los niveles de glucosa en sangre.
Para quienes sufren diabetes, esto representa un doble riesgo de hiperglucemia y otras consecuencias graves, como daños a los riñones y al corazón, por lo tanto deben procurar evitarlos en su alimentación sea como sea.
Veamos algunos ejemplos de los alimentos que no pueden comer los diabéticos.
La glucosa, también conocida como dextrosa, es esencialmente azúcar y, tal como explica la Clínica Mayo, prácticamente todos los alimentos que consumimos se convierten en azúcar.
La glucosa es la principal fuente de energía para las células del cuerpo, es por esto que debes tenerla.
Según la Asociación Dietética Estadounidense, el objetivo es mantener un balance entre demasiada y muy poca glucosa. Este balance puede lograrse, tanto con medicamentos como con los alimentos que consumes.