INGREDIENTES:
- 1 lámina de masa de hojaldre
- 3 yemas de huevo
- 40 ml. de agua
- 120 gr. de azúcar
PARA EL GLASEADO:
- 100 gr. de azúcar glas
- 50 ml de agua
PREPARACIÓN:
Descongelamos el hojaldre a temperatura ambiente durante 30 minutos, porque tiene que quedar una masa manejable y blandita.
Cuando esté en su punto, ponemos a precalentar el horno a 200º C.
Doblamos la lámina de hojaldre por la mitad y ponemos una encima de otra, doblamos para que queden 4 capas.
Después, aplastamos ligeramente con un rodillo de cocina, solo para que se peguen bien, no para estirar el hojaldre.
Con un cortapastas o un molde de emplatar cortamos las planchas de hojaldre en círculos como de 5 cm. de diámetro más o menos, después cortamos el centro con un cortapastas más pequeño, para conseguir la forma de rosquilla.
Colocamos las rosquillas en una bandeja de horno sobre papel de hornear y las metemos unos 15-18 minutos, hasta que se doren ligeramente.
Mezclamos el azúcar con el agua y dejamos cocer en un cazo unos 4 minutos, hasta que alcance el punto de hebra fino.
Dejamos enfriar ligeramente y añadimos poco a poco a las yemas que tendremos en un bol (no batidas, solo mezcladas) sin parar de mover.
Después colamos y llevamos al fuego muy suave removiendo muy a menudo. Dejamos cocer hasta que veamos que espesa ligeramente.
Retiramos del fuego y mojamos las rosquillas en la yema y sobre una rejilla dejamos que escurran y se sequen.
Mezclamos el azúcar glas con el agua, removiendo muy bien para que no haya grumos y nos quede una mezcla lisa.
Cuando el baño de la yema esté seco metemos las rosquillas en el glaseado y dejamos secar otra vez sobre una rejilla.
PUNTO DE HEBRA FLOJA:
Al empezar a hervir el azúcar y el agua, cogemos un poco entre los dedos índice y pulgar y observamos que al separarlos ligeramente se forma una hebra que se rompe fácilmente; deberemos tener cuidado de no quemarnos.