Cuando vives en Bilbao y estás acostumbrado a comer estos pasteles de arroz así como la carolina, el bollo de mantequilla el jesuita o la cristina, nunca te paras a pensar que fuera de allí estas delicias no las hay, hasta que un buen día sales a vivir fuera y ves que no, que no solamente son típicos de allí, sino que tampoco se hacen en las pastelerías de otras provincias y entonces empiezas como siempre ocurre con el ser humano que te das cuenta de que bueno era aquello que ya no tengo.
Así que te pones a probar recetas a cambiar ingredientes hasta que consigues lo más parecido, que no es igual ni mucho menos, pero te sirve para alegrar un poco tu añoranza.
Maribel
INGREDIENTES:
- 1 lámina de masa quebrada
- 3 huevos
- 1 vaso de azúcar
- 1 vaso de harina
- 2 vasos de leche
- 1 cucharada de mantequilla
- una ramita de canela
- corteza de limón
PREPARACIÓN:
Forramos los moldes con la masa y lo metemos en el frigorífico mientras preparamos el resto.
Precalentamos el horno a 180º C. Ponemos la leche a hervir con la canela y la corteza de limón, pero apagamos antes de que comience a hervir, tapamos y dejamos reposar.
Batimos en una jarra el azúcar, los huevos, la mantequilla y la leche aromatizada y tibia, hasta conseguir que estén bien esponjosos se añaden a la harina y mezclamos bien, añadimos la leche ya tibia y batimos todo junto durante 5 minutos, ponemos esta mezcla sobre los moldes forrados, procuramos no llenarlos más de 3/4 partes de su contenido, metemos en el horno previamente calentado y horneamos hasta que veamos que la superficie comienza a coger un color dorado, entonces pinchamos con un palillo redondo para ver si sale limpio, dejamos enfriar antes de desmoldarlos.
Hay que tener en cuenta las sillitas de los niños, llamarme pesada, que yo no me daré por aludida.