CONSERVAR LAS CASTAÑAS
Para conservar las
castañas frescas en casa: es necesario colocarlas en un lugar
fresco y seco en un cesto o un recipiente agujereado para que circule el aire y
así no se pudrirán, en bolsas de plástico.
Para
congelar las castañas:
no se estropearán y mantendrán sus propiedades a la
perfección. La forma más rápida y sencilla de hacerlos será meter las castañas
con la piel crudas en bolsas o recipientes para congelar y poniéndolas
directamente en el congelador, sin pelarlas, se podrán sacarlas a medida que se necesiten; incluso podremos
asarlas directamente congeladas.
Congelar castañas
peladas: es algo más trabajoso pero más práctico para
utilizarlas más tarde, debemos quitarles la piel; con la
ayuda de un cuchillo de sierra para evitar cortarnos, (pues uno afilado puede
resbalarse y hacernos un corte), hacemos un corte a cada una de las castañas,
ponemos una olla de agua a cocer, en el momento que rompa a hervir, metemos las
castañas a escaldar.
También podemos
conservarlas al vacío: durante más
tiempo sin congelarlas; deberemos pelarlas y darles un hervor en una cazuela de
agua, al sacarlas y conservando el jugo de cocción, quitamos la segunda
piel y las metemos en tarros de cristal siguiendo los
siguientes CONSEJOS DE ENVASADO.