Es producida en Francia, pero si se respetan los métodos, se puede elaborar con cualquier agua de mar pura.
Esta sal es elaborada de forma tradicional. Es sal extraída del mar y que al separarla se evita el contacto con metales, que pueda perturbar su estado.
La sal de mar tiene hasta 84 elementos nutricionales y su estructura suele coincidir con el espectro mineral de nuestro organismo, por lo que tiene la combinación perfecta para la vida.
Su estructura es sorprendentemente parecida a la de los fluidos corporales, por lo que es una fuente de equilibrio y salud.
Su uso puede completar una dieta baja en minerales e incluso ayuda a prolongar el ayuno.
Unos 20 de los minerales presentes en la sal de mar se considera vital para la vida.
Su estructura química es compleja, con elementos que tienen partes por millón, y su duplicado sintético es imposible.
Los mejores complementos minerales están elaborados con sal de mar, y los beneficios que dan al organismo pueden obtenerse en la comida.
La sal céltica se ha asociado con remedios para la salud, y es ampliamente recomendada para quienes tienen complicaciones neurológicas, como depresión, bipolaridad e incluso para quienes padecen de enfermedades cardiovasculares. (Si el médico recomienda dejar la sal, lo mejor es dejar la sal común, y empezar a consumir sal céltica)
La sal céltica se seca al sol y se limpia artesanalmente de forma manual (la sal común de mesa que se seca y refina en hornos a más de 600ºC.).