INGREDIENTES:
- 800 gr. de mejillones
- 250 gr. de cebolla
- 3 cucharadas de aceite de oliva
- 2 cucharadas de harina
- 2 cucharadas de pimentón dulce
- pimentón picante (al gusto)
- 600 ml. de agua
- sal (al gusto)
PREPARACIÓN:
Yo compre los mejillones de los que vienen ya cocidos y envasados al vacío, pero si preferís podéis comprarlos frescos y LIMPIARLOS vosotros.
Separamos una de las valvas de los mejillones y los colocamos en una cazuela baja con la cascara hacia abajo.
Cortamos la cebolla muy picada, se puede picar con una picadora, incluso si no nos importa encontrar la cebolla no hace falta picarla muy pequeña.
En una sartén ponemos el aceite, añadimos la cebolla, damos un par de vueltas para que ésta se impregne bien de aceite, añadimos un poco de sal y 100 ml. de agua, tapamos y dejamos hasta que se consuma casi toda el agua, revolviendo de vez en cuando para que no se pegue.
El caldo de los mejillones lo colamos bien y lo completamos con agua hasta conseguir el medio litro. Reservamos.
Añadimos la harina y dejamos en el fuego 1 minuto dando vueltas para mezclarla bien con la cebolla, retiramos la sartén del fuego y añadimos el pimentón (no lo hacemos en el fuego pues se quema muy rápido), regamos con el vino blanco y el caldo que tenemos reservado, dejamos cocer hasta que la salsa espese un poco y se reduzca. Comprobamos de sal y si fuese necesario añadimos más.
Regamos bien los mejillones con la salsa y dejamos en el fuego dos minutos para que los mejillones adquieran el sabor de la salsa y viceversa.
