
La pimienta verde, la negra y la blanca son la misma, es el fruto del Piper Nigrum, la diferencia solamente es que están recogidas en diferentes momentos de su maduración.
Cada una posee matices y cualidades especiales, son más o menos picantes y muy aromáticas, pueden potenciar el sabor de prácticamente cualquier alimento o plato.
PIMIENTA VERDE
Es el fruto que se recoge cuando está más tierno por eso es blanda y tiene un punto más herbáceo.
PIMIENTA NEGRA
Es el fruto recogido a medio madurar

PIMIENTA BLANCA
Es el fruto completamente maduro y sin cáscara, por eso es un poco más suave.
PIMIENTA ROSA
Procede de las zonas tropicales y subtropicales de Sudamérica, su sabor es más suave y menos picante. Si se consume en gran cantidad puede ser tóxica. Mezclada con pimienta negra o blanca aporta unos matices muy interesantes. Combina muy bien en platos con chocolate. Un chocolate amargo con un toque de pimienta rosa y negra bañando unas fresas es exquisito.

PIMIENTA DE JAMAICA
Es de mayor tamaño, y pica menos que el resto de las especies. Su aroma recuerda al del clavo, la nuez moscada, la canela y la pimienta negra.
Se usa para dar sabor a estofados de ternera, pollo o cerdo, y repostería. En Alemania además se usa para condimentar embutidos.

PIMIENTA DE SICHUAN
hay que usarla con extrema moderación o como parte del acompañamiento porque además de picar, duerme ligeramente la parte de la lengua con la que entra en contacto, Tiene un sabor ligeramente a cítricos, ya que se trata de un pariente lejano del limonero.

PIMIENTA DE CAYENA
La cayena no es una especie, si os fijáis no son bolitas como las anteriores, en realidad viene de una guindilla o chile. La confusión de llamarla pimienta de cayena parece ser que fue un error de Colón que creyó que se trataba de una pimienta, ya que entre otras cosas había ido a buscar pimienta a las Indias.
Se comercializa entera, en rodajitas, en polvo o en copos. En mejor ser prudente al utilizar esta especia, porque su potencia puede convertir cualquier plato en algo muy tóxico, pero en su justa medida puede convertir unas simples patatas en un manjar. En un caldo corto de pescado o marisco también queda fenomenal.