Las personas que se dedican a
criarlos seguro que sabrán mucho más que yo, pero esta entrada va dirigida a
esas personas que por un motivo u otro se encuentran en esta
situación.
Yo voy a contaros como me enseñó a
mi mi suegra a hacerlo, espero que si algún día lo necesitáis os sirva, me
alegraría mucho.
Con cariño.
Maribel
Cogemos el pollo bajo nuestro brazo izquierdo,
debemos sostener las alas firmemente contra nuestro cuerpo, y con el antebrazo
sostenemos sus piernas contra su cuerpo, el animal estará más calmado.
Con el brazo derecho cogemos el animal por el
cuello, de modo que nuestros dedos formen un anillo alrededor de éste, a 5 cm.
por debajo de la cabeza.
Realizamos un rápido movimiento con el brazo
derecho, liberando el agarre con la mano izquierda, movemos la mano como si
estuviéramos manejando un látigo, así romperemos el cuello del animal.
Cortamos la cabeza por completo, atamos las
patas y la colgamos boca abajo para que expulse toda la sangre.
Nos ponemos un par de guantes de goma gruesos y agarramos el pollo por las patas, lo sumergimos en una cazuela con agua caliente
durante 10 o 15 segundos para soltar las plumas, con una cuchara de madera o un utensilio de cocina largo mantenemos el pollo bajo el agua caliente para que no flote, le damos vueltas
en el agua para asegurarnos que todas las plumas están completamente
empapadas; lo retiramos del agua después de solo 10 o 15 segundos (más
tiempo puede empezar a cocinar el pollo), cogemos un puñado de plumas y empezamos a
arrancarlas, un puñado tras otro. Desplumar al pollo puede tardar de 5 a 30
minutos o más tiempo si hay muchas plumas.
Retira las patas doblando las coyunturas de la pierna hacia
atrás y cortando los tendones.
Retiramos la piel del cuello y soltamos el esófago, el buche y
la tráquea.
Retiramos la piel desde el esternón hasta la
cloaca por la cual eliminan sus desperdicios, no debemos realizar un corte
demasiado profundo, ya que podríamos abrir el tracto digestivo, haciendo que
todo se ensucie; nos asegurarnos de cortar con mucho cuidado, en especial
alrededor de la cloaca.
Metemos la mano por la cavidad abdominal y de
forma firme tiramos de los órganos internos, moviendo los dedos suavemente por
los bordes de la cavidad, soltando los órganos y retirándolos todos de una sola
pasada; el esófago y el buche saldrán junto con los otros órganos.
Guardamos el hígado, mollejas y corazón si en otro
momento vamos a utilizarlos, desechamos el resto de los órganos.
La enjuagamos, secamos con un paño limpio y
metemos directamente en la nevera.