Siempre se ha echo ese comentario de la barriga cervecera. Existe la creencia de que la cerveza engorda, y que es un enemigo en dietas de adelgazamiento.
El alcohol tiende a digerirse muchísimo más rápido en nuestro organismo, por lo que éste da mayor prioridad a la digestión del alcohol que a la propia digestión de nuestra comida, de forma que termina almacenándose en forma de grasa, alcohol engorda, pero debemos tener presente que no es lo mismo beber alcohol con regularidad, que hacerlo de forma puntual.
En el caso de la cerveza, se caracteriza por ser una bebida generalmente sana, ya que se elabora con cereales nutricionalmente saludables, como son la cebada, la malta y el lúpulo.
Debemos prestar atención a las calorías de la cerveza. Atendiendo a su contenido calórico, sabemos que:
- 1 vaso de cerveza rubia aporta 90 kilocalorías
- 1 un vaso de cerveza negra 112 kilocalorías
- 1 vaso de cerveza sin alcohol 40 kilocalorías,
- 1 vaso de cerveza 0,0 aporta 19 kilocalorías
Llegados a este punto, es evidente que dependiendo del tipo de cerveza que consumamos, y si ésta contiene o no alcohol, tenderá a engordar más o menos.
Debemos tener en cuenta que lo que principalmente engorda de la cerveza es su contenido en alcohol, lo que significa que la cerveza con alcohol engorda, y su consumo no está aconsejado en dietas de adelgazamiento.
Incluso la cerveza sin alcohol posee alcohol, aunque en cantidades bajas (entre un 0,4º a 0,9º), por lo que la mejor opción será las nuevas cervezas 0,0, que nos aportan todo el sabor de la cerveza pero con 0,01º o 0,07º de alcohol.
La doctora de salud publica en el Reino Unido Kathryn O’Sullivan desmintió la creencia de que la cerveza causa “barriga cervecera” al “no tener ninguna base científica”.
Explicó que el consumo excesivo de cualquier tipo de alcohol puede llevar al aumento de peso, pero no si se hace de forma moderada.