Esta receta de bacalao la tenía en el olvido, más que nada por el tiempo que llevaba caramelizar la cebolla y como a mi marido no le hacía y digo bien hacía mucha gracia la cebolla, para mí sola no me merecía la pena hacerla, pero ahora como casi todo en la vida los gustos van cambiando a él la cebolla caramelizada le gusta y a mi hija y mi yerno también, así que receta que sale del baúl de los recuerdos a ver la luz, je je, ; era de una gran amiga de mi madre, que era una artista con el bacalao o “ba callao” como solían decir ella y mi madre en plan de broma, tengo un montón de recetas de ella, todas sin nombre de recetas, solo pone Receta de bacalao Regina, ya las iré subiendo.
2 Personas
- 2 filetes de bacalao desalado
- 4 cebollas grandes
- 1/2 vaso de vino blanco seco
- 250 c/c de oliva virgen extra
PREPARACIÓN:
Pelamos y cortamos las cebollas en juliana no muy fina, en un cazo echamos el chorretón de aceite (no debe hacer duelo, pues luego se puede aprovechar), ponemos a calentar y cuando ya esté caliente añadimos la cebolla, bajamos el fuego a medio/bajo, y removemos, tapamos el cazo y dejamos que siga haciéndose poco a poco a fuego bajo removiendo de vez en cuando, por espacio de 3/4 de hora aproximadamente.
Una vez que veamos que la cebolla ya está carameliza, añadimos el bacalao bien cortado en dos o el filete entero eso como más os guste queda igual de bien, añadimos el vino blanco y subimos el fuego, tenemos que dejar unos 6 minutos para que reduzca el vino.
PRESENTACIÓN:
Bien eso como os guste, la forma más tradicional de presentar esta receta es con un lecho o cama formado con la cebolla caramelizada y el bacalao encima, pero también podemos colocar el bacalao en un lado del plato y la cebollita formando un montículo en el otro, un poco de imaginación para variar la presentación de una receta clásica.