1ª FORMA Ponemos una olla hermosa, con abundante agua fría (si está vivo si no es así, puede ponerse en agua hirviendo directamente) y sal a razón de 60 g. por litro de agua echamos el centollo, (las centollas son más sabrosas). Cuando empiece el agua a hervir contamos el tiempo, para piezas pequeñas serán 15 minutos y las más grandes 18 minutos. Pasado este tiempo sacamos del agua y ponemos a enfriar con las patas hacía arriba para que se enfríen más rápido. Pueden cocerse con el método
Sanlúcar.
2ª FORMA En una olla ponemos abundante agua, 1 vasito de vinagre 1 hoja de laurel, sal 8 o 10 granos de pimienta (a gusto), lo ponemos a fuego vivo y cuando rompe el hervor se introducen los centollos (sin son centollas, mejor), tapamos y cuando comience otra vez a hervir contamos 15 minutos hirviendo a fuego vivo, sacamos del agua y dejamos enfriar.
PRESENTACIÓN:
Una vez cocida se abre el cuerpo y se eliminan las madejas grises que no son comestibles. Se raspa todo el interior del caparazón, y junto con el jugo que contiene se prepara una especie de papilla (hay quién añade unas gotitas de vino blanco), que se vuelve a colocar en el interior del caparazón, se come con ayuda de una cucharita. Las patas se colocan en un lado del plato, se comen cascándolas con ayuda de unas tenazas especiales de marisco y se va extrayendo la carne de su interior.
Aquí os dejo una fotografía donde podéis diferenciar bien el macho y la hembra, el macho tiene la lengüeta trasera en forma triangular y en la hembra es más redondeada.
Los mariscos vivos
Se introducirán en agua fría y se irán cociendo a medida que se vaya calentando el agua. El tiempo de cocción se contará desde el momento en que empiece a hervir.
Los mariscos muertos
Se introducirán cuando esté el agua hirviendo y se comenzará a contar el tiempo de cocción desde el momento en que empiece a hervir de nuevo.
Los mariscos congelados
Se descongelarán previamente y no se cocerán congelados dejándolos hervir más tiempo.