- 1 kilo de mejillones
- 1 vasito de agua
- 1 vasito de vino blanco
- 125 g. de harina
- 1 dl de leche fría
- 1 1/2 cucharada de aceite
- 1 1/2 cucharada de vino blanco
- 2 pizcas de sal
- 1 cucharadita rasa de levadura
En una cacerola ponemos el vaso de vino y el vaso de agua con una pizca de sal, a hervir, cuando rompa el hervor añadimos los mejillones, tapamos la cazuela y dejamos hervir 3 o 4 minutos, pasado este tiempo destapamos y sin apagar el fuego vamos retirando a un plato todos los mejillones que se vayan abriendo, desecharemos los que al final no se hayan abierto. Separamos la carne de sus cascaras, de estas últimas reservaremos la mitad.Pondremos la carne de los mejillones sobre un paño para retirar el exceso de agua.
En un bol ponemos la harina, la leche fría, el aceite y el vino blanco, añadimos una pizca de sal y mezclamos todo pero sin mover mucho, añadimos la levadura, vamos pasando los mejillones por esta mas y freímos en aceite abundante, colocamos sobre un papel absorbente, para servir colocamos cada mejillón sobre su concha, disponemos sobre en una bandeja, antes de sacarlos a la mesa.