6 personas
INGREDIENTES:
- 1 1/2 de mejillones
- 1 vaso de agua fría
- 1 vaso de vino blanco
- 1 chalota
- 50 gr. de mantequilla
- 2 cucharadas e aceite
- 3 cucharadas rasas de harina
- 1/2 litro de leche fría
- 2 yemas de huevo
- 1/2 cucharadita de curry
- 1/2 limón
- 1 cucharada de perejil molido
- 3 cucharadas de pan rallado
- sal
PREPARACIÓN:
En una cazuela al fuego, ponemos los vasos de agua y de vino con una pizca de sal, cuando rompa a hervir añadimos los mejillones y tapamos la cazuela durante 3 o 4 minutos, pasado este tiempo vamos sacando a un plato los mejillones, desechamos los que no se hayan abierto.
Separamos las cascaras y reservamos, la carne de los mejillones la cortamos en 2 o 3 trozos cada una, tapamos con un paño húmedo para que no se resequen.
Dejamos cocer el caldo unos 10 minutos más para que reduzca, colamos y reservamos.
En un bol pequeño ponemos las yemas con el zumo del limón.
En una sartén ponemos el aceite con 30 gr. de mantequilla, cuando la mantequilla esté derretida añadimos la harina y rehogamos un poco sin que llegue a dorarse, luego añadimos la leche y sin dejar de dar vueltas añadimos 1 vaso del caldo de cocer los mejillones, dejamos cocer 5 minutos y añadimos el curry, el perejil y la sal, probamos por si se necesita rectificar de sal.
Añadimos un poco de esta bechamel al tazón donde tenemos los huevos con el limón y revolvemos, cuando esté bien mezclado, lo añadimos al resto de la bechamel, y también los mejillones troceados, repartimos esta mezcla en las conchas de los mejillones, colocamos en una fuente de horno, espolvoreamos con perejil y colocamos un pellizco de margarina sobre cada uno.
Metemos a gratinar hasta que estén dorados.