Es rica en hierro, depurativa y rica en fibra natural, además la alfalfa
contiene mucha clorofila, así que es ideal para combatir el mal aliento o para
el olor corporal fuerte. Contiene mucho calcio y magnesio. En la cocina es muy
versátil, ya que va muy bien en casi toda ensalada, en jugos, sopas, guisados y
demás. Incluso el agua de alfalfa es riquísima y muy nutritiva.
Las semillas de color castaño claro tienen un sabor como a nuez delicioso, y pueden agregarse a distintos platos, panes, dulces, pasteles y postres.
Se suele obtener germinada. Es muy sabrosa y agradable en las ensaladas y como relleno para bocadillo.
En general, los germinados se pueden añadir a toda clase de sopas, con la sola
precaución de añadirlos cuando la sopa ya esté en el plato.
Las hojas frescas se comen como verdura.
Los gourmet y chef más innovadores en la cocina también han introducido los ricos brotes de alfalfa en muchos de sus platos.
Sus beneficios son relevantes. Los investigadores del Iowa State’s Center for Designing Foods to Improve Nutrition llevan ya tiempo estudiando los efectos de la alfalfa en enfermedades como el cáncer de colon.
Forma parte de muchos alimentos energéticos. Es rica es una de las plantas que contiene vitamina D.
Hoy son muchos su partidarios, aunque todavía faltan investigaciones que confirmen los resultados que señalan muchos de sus más entusiastas partidarios.